Cómo hacer un registro de tus sesiones

Llevar un registro diario durante las sesiones de psicología puede ser beneficioso tanto para tu terapeuta como para ti. Estos registros ayudan a comprender patrones y tendencias, autorregularte y poder recuperar que sentiste, pensaste y cómo vivías la situación que quieres analizar. Aquí hay algunos tipos de registros diarios que puedes considerar utilizar:

1. Notas después de la Sesión: Escribir notas después de cada sesión para sellar los temas tratados, conectar con cómo sales de la sesión, si te llevas alguna conclusión o propósito concreto te ayudará a profundizar en el trabajo y hacer seguimiento para tu próxima cita. . La idea es que te ayude a hacerte más consciente de tus sensaciones tras el trabajo terapéutico. No se trata de registrarlo todo, de estar en modo»hacer» si no más bien en «sentir» (¿cómo salgo de la sesión?, ¿estoy comprometido con lo hablado?) y conversarlo con el psicólogo en la próxima cita cuando lo estimación.

2. Registro diario general: se trata de hacer un registro de tu actividad diaria. Tendrás que anotar qué haces durante el día y cómo te encuentras. No ha de ser ni muy escueto ni tampoco tan detallado que sea muy pesado de realizar y leer después. Suele utilizado en las primeras sesiones y ayuda a que el terapeuta pueda conocerte más en detalle, que sepa cómo es tu día a día con los momentos malos y los buenos también. Al mismo tiempo te puede ayudar a profundizar en lo que te sucede. El mero hecho de parar a registrador cómo ha sido tu día, cómo te ha encontrado en cada momento a veces es revelador. En ocasiones vemos patrones que nos podrían pasar desapercibidos o situaciones sutiles que nos afectan, qué cosas nos sientan bien, etc.

3. Historia de vida:  este registro también suele hacerse al principio de la terapia y supone un trabajo más en profundidad que el anterior. Se trata de hacer una línea en la que señalas qué ha ido pasando a lo largo de tu vida desde tu nacimiento hasta el momento actual. Aquí ampliaremos la atención al contexto, a qué pasaba a tu alrededor (ej. 8 años, me mudo a otra ciudad, mi padre pierde el trabajo…). En la parte de arriba de la línea ponemos la edad y en la de abajo qué pasaba en ese momento. Le daremos la dimensión emocional con la curvatura de la línea de tal modo que si cambiarme de colegio fue algo muy positivo para mí, que viví con una ilusión muy intensa la línea subirá mucho, si por el contrario fue algo traumático bajará mucho. También habrá movimientos sutiles o líneas rectas que implican neutralidad. Será como un electrocardiograma emocional.

Se trata de un trabajo muy necesario, sobretodo para aquellas personas que traen muchas vivencias desordenadas o que no recuerdan bien. Podremos pedir ayuda a familiares cuando nos falten datos o recuerdos importantes. Hacer un relato de su línea de vida será muy revelador tanto para el paciente como para el psicólogo.

4. Autoregistro Situación Malestar: este registro te ayudará a poner el foco no tanto en la situación sino en ti mismo. Se trata de anotar en columas:

Qué pasa: describe brevemente la situación que te genera malestar.

Qué sensaciones corporales tengo: presión en el pecho, respiración agitada, nudo en el estómago…

Qué pienso: tanto si es racional cómo si no lo es. Déjate muy libre al escribir esta parte.

Qué siento: tristeza, rabia, miedo…

Qué hago: cómo actúas ante la situación.

Qué pasa: anota si sucede algo después (ej. me marcha).

A continuación podemos ir un paso más allá y generar alternativas para responder ante la situación. Debajo de cada columna anota sensaciones corporales que te ayuden (respirar hondo, cerrar los ojos..) pensamientos alternativos (ej. por mucho que me enfade voy a tener que esperar igual, voy a leer mientras un rato) cómo te sientes si piensas eso y qué haces en consecuencia. A veces con este ejercicio no damos la vuelta a la situación y debemos bajar la expectativa a descubrir qué cosas puedo pensar y hacer para convivir mejor con la situación de malestar y no desbordarnos. En otras ocasiones lo que nos decimos no genera un cambio de conducta inmediatamente pero hablarnos de esta nueva forma nos prepara para poder ejecutar el cambio.

5.Autorresgistro para la Gestión de Conflictos: en este caso registraremos como en el apartado anterior (situación/cuerpo/pensamientos/sentimientos/conducta/consecuencias) pero agregando a la persona con la que tenemos el conflicto y profundizando a través de las columnas en cómo la está viviendo esa persona. De esta forma aumentamos la empatía y nos resultará más sencillo buscar una solución buena para ambos  o poner límites en el caso de que sea necesario. El psicólogo le ayudará en el proceso.

Como puedes ver, los registros te ayudarán a analizar las situaciones problemáticas entre sesiones y será un material de primera para trabajar con tu psicólogo en la sesión. Además cuenta con la ventaja de que registramos las sensaciones al poco de que hayan sucedido.